Alimentación del bien común vs sistema alimentario agroindustrial
Cada modelo de economía genera su propia lógica de consumo, el neoliberalismo desarrolló la propia, donde toda actividad productiva incluida la alimentación, responde a la lógica de que todo tiene que ser: "lucro, rápido y mucho" por encima de todo, incluyendo la alimentación y la agricultura, rompiendo así con el equilibrio del planeta, Invisibilizando el trabajo de las mujeres y despreciando todo tipo de vida.
En términos de soberanía alimentaria MUSAA se basa en otro modelo, siendo muy diferente al del neoliberalismo y se resume en: “autogestivo, incluyente, saludable, equitativo, suficiente y ecológico” generando así un modelo económico más justo, además de bienestar y ambientalmente sostenible, generando así una Alimentación del Bien Común.
El trabajo de MUSAA se basa en la construcción de nuevos sistemas basados en la Alimentación del Bien Común con la capacidad de prosperar sin depender del sistema hegemónico, poniendo a la vida en el centro de las comunidades, reconectando a consumidoras con agricultoras, a las ciudades con el campo, a la nutrición con el gusto, a las personas con la naturaleza, fomentando la gastronomía local; intercambiando conocimientos, alimentos, semillas, productos y tradiciones, en un contexto construido sobre valores, visibilizando el trabajo de las mujeres y su impacto económico, social, cultural y ambiental.
Nuestra dieta es muy diferente a la de hace unas décadas, ingerimos productos ultraprocesados en exceso, vivimos bajo una alarmante epidemia de enfermedades no transmisibles como el sobrepeso, la diabetes, padecimientos cardiovasculares, estamos inmersos en un ambiente obesigénico, nos inducen a gastar dinero de más, la agroindustria y las grandes marcas de comida basura están afectando nuestra calidad de vida; estas grandes empresas invariablemente contaminan, agotan los ecosistemas, son causantes de la emergencia climático (1/3 de los gases de efecto invernadero provienen del sistema alimentario agroindustrial), además de que violan sistemáticamente los derechos humanos y generan desigualdad social.
Vivimos en sociedades condicionadas a seguir patrones de consumo nada éticos, donde no importa si lo que comemos nos nutre o no, si estos alimentos contaminan o no, si su transportación, empacado o procedencia generan secuelas negativas, donde lo único que importa es que cada día comamos más ultraprocesados y nos alejemos de los verdaderos alimentos. No es aceptable que la alimentación tenga una huella ecológica tan grande, estamos consumiendo los recursos que necesitarán las siguientes generaciones para alimentarse y sobrevivir.
Los excesos tienen un costo y ya los estamos pagando, la mayoría de los agroquímicos son nocivos e invasivos, se acumulan en nuestros cuerpos, sobretodo en las mujeres, provocan esterilidad, mutaciones genéticas, alergias, alteraciones en el sistema inmunológico, incluso en dosis bajas. Son tóxicos por contacto, ingestión o inhalación. En México se usan más de 11 agroquímicos prohibidos en el resto del mundo, estamos matando los cuerpos de agua y los océanos por esta razón, por cada peso que se paga por algún alimento ultraprocesado, la sociedad está obligada a gastar dos en compensar el deterioro ocasionado en la salud y en los ecosistemas; por el contrario, la Alimentación del bien Común tiene la capacidad de alimentar a toda la población mundial.
Alternativas
Abordar de forma significativa los problemas relacionados con la agricultura, la alimentación y la economía requiere de una visión sistémica de la centralidad del capitalismo y el patriarcado, de su dependencia del crecimiento ilimitado, de la jerarquización de los grupos sociales, de género y de la naturaleza. MUSAA parte de la premisa de que la Alimentación del bien Común protege los ecosistemas, es económicamente justa, accesible y nutricionalmente adecuada.
Estamos en un momento histórico que requiere de nuevos paradigmas, es momento de reflexionar, de actuar, de sensibilizarnos y de revolucionar.